Además de los trastornos psicológicos, como la baja autoestima o la estigmatización social, la obesidad también puede acarrear problemas físicos como: hipertención, que puede desencadenar los siguientes problemas:
Utilizamos insumos cardiológicos de primer nivel.
Grasas dañinas en arterias, diabetes, artritis.
Enfermedad en el corazón.
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